viernes, 9 de noviembre de 2012

Los intereses de unos pocos, por encima de los "generales"

Las Instituciones del Estado deben gozar de autonomía plena para seguir en la construcción del Estado de Derecho pero bajo los principios más elementales. Es deber de los ciudadanos rechazar las actitudes centralistas, y de concentración de poder que se están dando ahora mismo en todas las funciones del Estado. Gente que le interesa no el bien del País sino sus propios intereses, porque de "ésta no hay otra". O lo otro la manipulación mediática de quienes dicen ser medios serios e independientes cuando en realidad representan a los intereses políticos de los dueños de los medios de turno, tanto en públicos como en privados. 

Es menester hacer estas dos reflexiones porque no es posible hacia los cambios que todos anhelamos haciendo daño a quienes no estamos vinculados con estos poderes mediáticos, y oportunistas, inclusive de gente que maneja poderes más grandes que los propios representantes de las Instituciones Estatales. Hay razones suficientes entonces para afirmar, "no a la concentración del poder" en unos que ni siquiera se presentan a las urnas porque son cobardes, y se valen de los elegidos para legítimamente desde su interés oponerse por oponer, o simplemente se designe a quien le interesa. 

Ahora más que nunca estamos convencidos que el poder no puede estar en pocas manos, debe estar de donde se origina en las bases, en procesos permanentes de construcción y retroalimentación, lo otro es lo mismo que tanto se dice combatir pero disimuladamente se lo sigue haciendo al puro estilo de antes.

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