miércoles, 26 de octubre de 2022

Se #gobierna en medio de la #violencia

Imagen tomada de Twitter de perfil Carlos Oporto



¿Qué es la violencia?

Según el Diccionario de la Real Academia

1. f. Cualidad de violento.

2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.

3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.

4. f. Acción de violar a una persona.

Según el diccionario Jurídico Cabanellas:

*VIOLENCIA. Situación o estado contrario a naturaleza, modo o índole. Empleo de la fuerza para arrancar el consentimiento. Ejecución forzosa de algo, con independencia de su legalidad o ilicitud. Coacción, a fin de que se haga lo que uno no quiere, o se abstenga de lo que sin ello se querría o se podría hacer. Presión moral. Opresión. Fuerza. Violación de la mujer (v.), contra su voluntad especialmente. Todo acto contra justicia y razón. Proceder contra normalidad o naturaleza. Modo compulsivo o brutal para obligar a algo. Interpretación excesiva o por demás amplia de algo.

 *VIOLENTO. Fuera de naturaleza, normalidad, situación o modo de ser. Con fuerza. Contra la voluntad. Con daño o destrozo. Iracundo, colérico. Falso, tergiversado; objeto de interpretación audaz o contra sentido. Contra justicia y razón al ejecutar algo. Por accidente o mano del hombre; como en la muerte violenta. Sin título o con vicios jurídicos

¿GOBERNAR CON LA VIOLENCIA?

Definida la violencia, lo primero que salta a la luz de la razón es que en los Estados los principios de la democracia están en relación a mejorar las condiciones permanentes de las población, en nuestro caso como derechos, hacia el #buenvivir, en salud, educación, servicios básicos, empleo, inversión pública, control de lo público, la seguridad y defensa de la soberanía, y desde la gobernabilidad debe buscarse justamente que así suceda, y el sistema de partidos políticos con sus distintas formas de gobierno deben tomar como bandera esos derechos democráticos. La forma de gobierno predominante ahora mismo en Ecuador es la neoliberal, y lo podemos afirmar porque su alejameinto de los principios democráticos, del respeto a los derehos, están supeditados a los intereses de grupos económicos que trandicionalmente buscan el poder para satisfacer sus intereses hasta personales, donde se incluyen las grandes fortunas y el sistema financiero de cada país, que aliados del gran capital internacional incluso con patrimonios obscuros en paraísos fiscales, promueven el individualismo, el yo como bienestar único, sin mirar por las mayorías de donde en democracia emerge la delegación de administrar.

La Constitución de Ecuador desde el 2008 es una de las pocas normas constitucionales en el mundo garantista de derechos en función del ser humano. Sin embargo el Plan de gobierno del actual Gobierno pese a que se refiere en general a la posibilidad de ejecutar sus propuestas allí establecidas, en la práctica se ha producido hasta un sisma, un quiebre, por las privatizaciones de sectores estratégicos, hasta en temas de seguridad social, que hasta el momento no se concretan pero hay insistos para continuar en ese camino. Ese quiebre que desmonta el control estatal, ha afectado ya todos los principios constitucionales, a los derechos ciudadanos, a la democracia ecuatoriana, y los más afectados son el derechos a la seguridad y defensa de nuestra soberanía, pues en esa supuesta libertad, la violencia gana terreno ante la ausencia de políticas públicas para todos, para incluso satisfacer necesidades básicas, esa ausencia del Estado se ha trasladado a bandas delincuenciales que están destrozando la confianza de la población en el Gobierno y su institucionalidad, que llega a afectar de fondo a la Policía Nacional y Ejército inclusive, llegando a tener índices de credibilidad tan bajos nunca antes vistos en la era democrática que lleva el país de los últimos 40 años.

Visto así la violencia, ha llegado para quedarse, y es de todos los días, habiendo provincias enteras que están siendo afectadas por el sicariato, las vacunas hasta en escuelas, muertes en masa como las de las cárceles, secuestros, asesinatos macabros y ya pasa a pedirse plata hasta en comunidades enteras de barrios y dueños del transporte público, en la organización básica de participación, que hacen temblar las estructuras del gobierno que dominan actualmente, a tal punto de que el propio Gobierno viéndose incapaz, pide ayuda a otros países como Israel o Estados Unidos, en su momento al gobierno de Duque de Colombia, ayuda para luchar contra esta otra pandemia. 

Tenemos los mecanismos e instancias incluso desde la ciudadanía para combatir la violencia, pero mientras el gobierno central que lidera Guillermo Lasso, quien piensa más en sus negocios personales y de sus amigos, más que incluso en sus propios votantes, deja a su suerte a la población e institucionalidad a su suerte, en abandono. Gobernar con la violencia no es normal, es lo anormal, los problemas de seguridad se solucionan velando por garantizar el cumplimiento de derechos y principios democráticos consagrados en la Constitución, mejorando la inversión pública, que es una solución estructural para la gobernabilidad, pero esas lógicas hasta ahora no son observadas. La violencia gana terreno ecuatorianos, hay que detenerla.


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