jueves, 11 de febrero de 2021

BAJAR LOS IMPUESTOS A GRANDES FORTUNAS, NO SOLUCIONA LA DESIGUALDAD


 CEPAL

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Tasa del impuesto sobre la renta que realmente paga el 10% más rico de la población en países latinoamericanos, comparado con la misma tasa efectiva de otros países.


  • TÍTULO ORIGINAL: ¿SIRVIERON DE ALGO 50 AÑOS DE BAJADAS DE IMPUESTOS A LOS RICOS? Las insospechadas consecuencias de la "teoría del goteo"

  • Jesús Moreno
  • BBC News Mundo

  • La teoría del goteo prometía que si se bajaban impuestos a los ricos, se acabaría beneficiando también al resto porque ese dinero se invertiría e impulsaría la economía.

  • "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser…". Todas esas rarezas presenció Roy Batty en el famoso monólogo de la película Blade Runner; pero lo que nunca vio el replicante fue un impuesto a los ricos del 91%.

    Hubiera sido una buena respuesta del atónito Harrison Ford para contrarrestar tal alarde de eventos impensables.

    Y es que esa tasa que existía en Estados Unidos en 1963 para gravar los ingresos que superaran los 400.000 dólares de la época, para el 1% más rico de la población, había caído más de 50 puntos porcentuales en 2019, año en que transcurre la obra de Ridley Scott.

    Tal cifra suena hoy ya a verdadera ciencia ficción. Esos impuestos a los ricos se han perdido en el tiempo "como lágrimas en la lluvia".

  • La tendencia bajista comenzó unos años antes de la llegada al poder de Ronald Reagan (EE.UU.) y Margaret Thatcher (Reino Unido), pero fueron estos dos mitos del liberalismo político quienes apretaron la palanca de los descensos masivos de impuestos para lo más adinerados, con bajadas de más de 40 puntos en el impuesto sobre los ingresos de los más ricos durante sus respectivos mandatos.

  • No quedó en la historia como algo puntual, pues su liderazgo arrastró al resto de economías avanzadas a través de las décadas.

    Bajar impuestos se convirtió en lo que hoy llamaríamos trending topic en las cancillerías del mundo y bajo gobiernos de todo color político. "Bajar impuestos es de izquierdas", dijo ufano el presidente socialdemócrata español José Luis Rodríguez Zapatero en 2003.

    Fue la propia Dama de Hierro quien puso el lazo que define la época: "Mi mayor logro es que hemos obligado a nuestros oponentes a cambiar de opinión", reconoció en una gala de los tories (conservadores británicos) relatada por el exministro Conor Burns.

    Una promesa teórica iluminó ese camino: si se bajaban impuestos a los ricos, se acabaría beneficiando también al resto de la población, porque ese dinero se invertiría, impulsando así la economía, los puestos de trabajo y los salarios.

    Era la llamada teoría del goteo, que prometía revisitar con esa fórmula la parábola de la multiplicación de los panes y los peces.

    El debate sobre gravar a los ricos ha vuelto a tomar fuerza con la crisis económica emanada de la covid-19.

    En medio de la segunda gran recesión en una década, los gobiernos tratan de paliar sus efectos entre la población mientras buscan ingresos para sanear las maltrechas arcas públicas.

    Así, 50 años después: ¿mereció la pena bajar los impuestos a los ricos?

  • Los economistas británicos David Hope y Julian Limberg han tratado de responder a esa pregunta en un reciente estudio para la London School of Economics (LSE).

    Y Limberg da una primera pista sobre sus hallazgos: "Los gobiernos no deberían preocuparse por las consecuencias económicas de subir los impuestos a los ricos".

    Para responder a la pregunta, los académicos entraron al laboratorio e introdujeron en sus probetas las reformas impositivas que habían realizado casi dos decenas de países entre 1965 y 2015.

    El objetivo era valorar sus efectos en la economía y la sociedad.

    En un tubo fue cayendo la evolución económica de los países (Francia, EEUU, Japón, Reino Unido, Alemania, etc.). En otro, los impuestos y exenciones: impuestos sobre la renta, los dividendos del capital, sobre herencias y propiedades…

    Ahí aparecieron un compendio de cifras como la tasa máxima del impuesto sobre los ingresos de los más ricos de EE. UU (del 91% al 37%), o la de Reino Unido (que desde cotas similares pasó a menos de un 50%) u otros países europeos y asiáticos con caídas de alrededor de 10 y 15 puntos, que serían incluso mayores de retroceder más en el tiempo hasta sus máximos históricos.

  • No mejoró el crecimiento económico


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    La tasa máxima de impuestos sobre ingresos a los más ricos ha caído masivamente en las últimas décadas.


  • Y lo mismo sucedió con otros impuestos que suelen afectar sobre todo a los más afortunados, como los impuestos sobre las rentas del capital o sobre lo heredado (como muestra otro gráfico, más abajo en este texto).

    Con todos esos datos listos, los investigadores agitaron la fórmula para comparar su trayectoria con países homologables que no habían acometido tales reformas impositivas y ver así cómo se habían comportado sus economías.

    Y los efectos que detectaron fueron cercanos a cero. Es decir, las economías de los países que bajaban impuestos no habían generado un mayor crecimiento económico añadido ni habían creado más empleo.

    "Nuestra investigación muestra que la argumentación económica para mantener bajos los impuestos a los ricos es débil", reflexiona Hope.

    Una conclusión con la que concuerda Ignacio González, investigador y profesor de Economía de la American University: "La evidencia de que menores impuestos al capital estimulan la inversión es muy escasa".

    "Lo que observamos, más bien, es que el periodo de reducción de impuestos ha sido también un periodo de estancamiento de la inversión", le explica a BBC Mundo desde Washington D.C (EE.UU).

    "Esto puede ocurrir por diferentes razones. En primer lugar, si un inversor tiene un objetivo de beneficios que ha visto satisfecho precisamente gracias al hecho de que estos están poco gravados, ¿qué incentivo tiene para invertir más dinero? Es decir, puede que los economistas no hayan entendido el comportamiento de los inversores y que éste no se ajuste a lo que predice la teoría clásica", apunta.

    "En segundo lugar, los economistas también han subestimado la cantidad de ingresos del capital que no son fruto de inversión productiva y arriesgada, sino que reflejan una simple extracción de rentas procedentes del resto de la economía y que, como tal, deben ser gravadas a unos tipos mucho más elevados.

    "Por ejemplo, los beneficios que una empresa obtiene al ejercer su poder de monopolio, o las elevadas rentas de alquiler que obtienen el propietario de capital inmobiliario en el centro de una gran ciudad. Hay mucha evidencia de que este tipo de rentas han aumentado en las últimas décadas", argumenta el economista.

    Parece que los dioses de la economía no respondieron con los dotes esperados al sacrificio ofrecido, según estos expertos.

    Porque hubo un sacrificio, un precio a pagar: "Los grandes recortes de impuestos para los ricos, desde los años 80 sobre todo, han aumentado la desigualdad de ingresos, con todos los problemas que eso conlleva", sentencia Hope, coautor del estudio de LSE.

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    Las herencias de las fortunas se mantienen en el tiempo: hay rastros de ellas en Florencia (Italia) que perduran 600 años después.

  • Fortunas que atraviesan siglos

    Cualquiera que haya paseado por la ciudad italiana de Florencia habrá anhelado secretamente pasar el resto de su vida allí.

    La Piazza del Duomo y la de la Signoria, el puente Vecchio y el David de Miguel Ángel, la cuna del Renacimiento… es difícil alejarse de semejante belleza.

    Quizá por eso es un lugar magnífico para estudiar lo que dura la riqueza. Los apellidos que fueron ilustres alguna vez no se desvanecen fácilmente con el paso de los siglos.

    Tampoco sus habitantes parecen querer marcharse de allí.

    Unos investigadores del Banco de Italia siguieron esos apellidos que fueron ricos a través del tiempo y la historia.

    Y encontraron que aquellos cuyos orígenes estaban vinculados con familias ricas en 1.427 habían heredado algo más que los apellidos: 600 años después el efecto no se había desvanecido y, de media, tenían unos ingresos un 5% más altos y un patrimonio un 10% superior que aquellos que descendían de familias pobres.

    Una evidencia de que existe "un piso de cristal que protege a los descendientes de la clase alta de caer por la escalera económica", concluyeron los autores.

    La riqueza parece, pues, un alquitrán dorado sumamente pegajoso. Una vez que eres rico, es difícil dejar de serlo.

  • FUENTE web BBCNEWS ¿Sirvieron de algo 50 años de bajadas de impuestos a los ricos? Las insospechadas consecuencias de la "teoría del goteo" - BBC News Mundo

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    Los impuestos a las herencias han caído en picado también en los últimos años.


  • Una tendencia que continúa hoy en día, como refleja una investigación del Instituto Peterson para la Economía Internacional, que rastreó la procedencia de las fortunas de los multimillonarios en más de 70 países.

    El mito de la meritocracia moderna habla de emprendedores que se hicieron millonarios comenzando con una idea en un pequeño garaje o taller. Enseguida vienen a la cabeza casos paradigmáticos: Bill Gates (Windows), Steve Jobs (Apple), Amancio Ortega (Zara)… pero en muchos países buena parte de las fortunas no son tan románticas, de acuerdo al estudio.

    Así, en grandes economías europeas como Alemania, España o Francia, el 65%, el 54% y el 51% de las fortunas multimillonarias provienen de herencias.

    Porcentajes que suben en América Latina hasta el 80% en Argentina o casi un 67% en Chile o Venezuela y equiparable en Colombia (50%).

    Y en otros países con porcentaje de herencias más bajas, como EE. UU (29%), Australia (27%) o Canadá (28%), los datos del instituto muestran una procedencia significativa de rentas del sector financiero: 27%, 31% y 25%, respectivamente.

    No corregir estos desequilibrios en la circulación de riqueza a través de impuestos y otras medidas redistributivas tiene consecuencias económicas y sociales, según los expertos.

  • Las rentas provenientes del capital deberían ser gravadas con más firmeza que las del trabajo, según muchos expertos.

  • ¿Un cambio de paradigma ante la desigualdad?

    No solo es la covid-19. El mundo sufre en estos tiempos una epidemia de desigualdad que avanza imparable.

    Entre 1980 y 20015, el 1% más rico del mundo recibió una proporción dos veces mayor del crecimiento económico que el 50% de la población con menores ingresos, según el Informe de desigualdad global del WID, coordinado por el economista francés Thomas Piketty, entre otros.

    Y ampliando la lupa se ve cómo el 10% más adinerado acapara cada vez más riqueza del total dentro de cada país, cómo muestra el gráfico siguiente.

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    La cuota de riqueza de los más ricos en cada país no ha parado de aumentar desde 1980. Cada vez acumulan más parte de la tarta de los ingresos.


  • Esta situación, unida a la concatenación de crisis mundiales en los últimos años parece estar resquebrajando el consenso anterior en relación a los impuestos, la desigualdad y la pobreza.

    "La mayoría de los estudiantes de economía han escuchado el argumento de que lo que importa es la pobreza, no la desigualdad. Esta era una visión normativa muy extendida en las facultades de economía, especialmente en la década de los 90 y 2000", explica González, de la American University.

    "Esta idea se basa en la concepción errónea de que las rentas de mercado son las que 'nos merecemos', lo que convertiría a los impuestos en sospechosos desde un punto de vista moral. La cuestión distributiva se convierte, por construcción, en un 'problema menor', y sólo habría que garantizar lo suficiente a los pobres".

    Y advierte sobre algunas apelaciones a la meritocracia: "Esta visión tiene poco sentido por una razón muy obvia: las rentas del mercado están determinadas por una multitud de factores completamente exógenos al esfuerzo individual, incluyendo las políticas, como el propio sistema impositivo. Por lo tanto, más allá de la consideración moral sobre la distribución resultante, la base fáctica de ese tipo de argumentos es completamente falaz".

    La ausencia de sistemas impositivos fuertes genera problemas sustanciales para combatir la pobreza.

    Y un caso paradigmático es Latinoamérica.

    "Unos sistemas tributarios inadecuados, así como la evasión y la elusión de impuestos, cuestan a América Latina miles de millones de dólares en ingresos tributarios perdidos, unas cantidades que podrían y deberían invertirse en luchar contra la pobreza y la desigualdad", advierte en sus informes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

    En la región, el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta, según sus datos.

  • Es hora de dar un paso adelante en materia de impuestos, apunta González desde Washington, que no niega las dificultades de desandar el camino:

    "La conclusión es que debemos perder el miedo a gravar el capital, porque a tipos impositivos razonables, no hay evidencia de que los impuestos tengan efectos negativos sobre el crecimiento. Y en cualquier caso, esto se puede paliar mejorando el diseño del esquema impositivo y aumentando la coordinación internacional".

    Porque las consecuencias son incluso más profundas que las que afectan al propio funcionamiento del sistema económico, alertan cada vez más voces.

    "Los paraísos fiscales y los abusos en relación con los impuestos […] están destruyendo el contrato social entre el gobierno y el ciudadano, al permitir que los que podrían aportar más a la sociedad no paguen los impuestos que les corresponden en justicia", advierte la Cepal.

    Toda una señal de alarma ante los tiempos sociales y económicos convulsos que muestran estos días las noticias.

  • FUENTE BBC NEWS / MUNDO ¿Sirvieron de algo 50 años de bajadas de impuestos a los ricos? Las insospechadas consecuencias de la "teoría del goteo" - BBC News Mundo












martes, 19 de enero de 2021

Ejemplo de distorsión de mercado en Ecuador con opoyo del Gobierno saliente

Foto tomada de web economipedia

Por Ec. Pablo Dávalos

En  diciembrepasado presenté, en Radio Pichincha, una reflexión académica sobre la incidencia de los grupos económicos en la economía nacional. El Presidente del Banco del Pichincha, Antonio Acosa, ha solicitado el derecho a réplica!  Esta es mi respuesta:

Respuesta a Antonio Acosta Espinosa,

Presidente del Banco del Pichincha

El día 12 de enero de los corrientes, el Sr. Antonio Acosta Espinosa, Presidente del Banco del Pichincha, en  virtud de su derecho constitucional y legal a la réplica, envía a la Directora del Informativo Punto Noticias de Radio Pichincha Universal, varias puntualizaciones con respecto a declaraciones mías, realizadas en el respectivo programa de opinión y noticias, emitido a las 7h40 el 29 de diciembre de 2020. Al final de su pedido, el Sr. Acosta Espinosa establece que sus precisiones demuestran que mis declaraciones en ese espacio informativo fueron “falsas e infundadas”, y amenaza veladamente que ese tipo de declaraciones “malintencionadas” están “claramente penadas por la legislación vigente en el País” y, en un gesto gratuito que revela su consistencia moral, señala mi votación para la Alcaldía de Quito.

Sin embargo, luego de una lectura atenta de sus “precisiones”, se puede concluir y establecer que el Sr. Acosta Espinosa confunde el sentido y la información que fue presentada en dicho espacio radial. La información que presenté es oficial y consta en la página web del SRI, así como en aquella de la Superintendencia de Bancos y Seguros.

La interpretación de los datos corresponde a un punto de vista académico sobre los procesos de concentración y centralización de capital, y de asimetrías de información generadas por las imperfecciones de mercados monopólicos que caracterizan a la economía ecuatoriana. Mis criterios, por tanto, son académicos, no son políticos, y no fundamentan ningún criterio de valor sino establecer una realidad objetiva y empíricamente demostrable desde la economía política y sus categorías epistemológicas y analíticas, y con datos oficiales. Las supuestas precisiones del Sr. Antonio Acosta Espinosa, en cambio, son totalmente ideológicas y, por supuesto, nada tienen que ver con la academia ni con el rigor del pensamiento científico.

En efecto, cuando presenté información sobre los grupos financieros y su responsabilidad fiscal, hacía referencia al Grupo Financiero Banco Pichincha, porque tal es la denominación del grupo raíz establecida por el Servicio de Rentas Internas, y que forma parte de un universo de 270 grandes grupos económicos que tienen el control de 5.170 sociedades nacionales (menos del 1% de las empresas registradas en la superintendencia de compañías y del catastro de empresas nacionales del censo económico del INEC), 1.558 sociedades extranjeras, 43 instituciones financieras y 48 grandes medios de comunicación, y que en conjunto pertenecen a 965 personas (el 0,002 % de la población total). Estos grupos económicos tuvieron ingresos, en el año 2019, de 68,45 mil millones de USD, y pagaron, en conjunto, el 2,34% de esos ingresos en impuesto a la renta. De hecho, su contribución del impuesto a la renta del año 2019 representó el 37,1% de la recaudación de impuesto a la renta de ese año, lo que significa que a pesar de sus enormes ingresos, su contribución tributaria no es sustancial.

Estos grupos económicos poseen activos que representan casi el volumen total de la economía ecuatoriana (124,67 mil millones de USD en activos, frente a 133.01 mil millones de la oferta final de la economía nacional, datos del año 2019), y tienen un patrimonio neto de 45,56 mil millones de USD, para un promedio de 47,2 millones de patrimonio per cápita (7.538 veces más grande que el ingreso per cápita nacional). En virtud que no existen impuestos directos que graven ni los activos ni el patrimonio, son ingresos netos que no causan ninguna responsabilidad tributaria para estos grupos económicos y sus accionistas.

En el caso específico del grupo económico Banco Pichincha, se trata de un grupo que tiene 4 accionistas principales, 111 empresas nacionales, 14 sociedades extranjeras, y 6 sociedades financieras, entre ellas el Banco del Pichincha, y dos domiciliadas en paraísos fiscales. Es, de hecho, el grupo económico más importante del país y así lo clasifica el SRI.

Su crecimiento en los últimos diez años ha sido espectacular. Sus ingresos han pasado de 1.187,31 millones de dólares en el año 2009 a 2.723,34 millones de dólares en el año 2019 (datos del SRI). Su principal accionista es Fidel Egas Grijalva. (Para una comprensión del origen y de cómo Fidel Egas Grijalva, principal de este grupo económico, se convirtió en uno de los hombres más ricos del país, gracias a diversos tipos de maniobras y colusiones con el poder político de turno, puede leerse la tesis de maestría en ciencias políticas de FLACSO, de Gabriela Alexandra Rosero Delgado, del año 2013: “Oligarquías en el Ecuador desde el auge neoliberal hasta su ulterior recomposición en la crisis económica del 2000”).

En consecuencia, cuando describí el comportamiento de este grupo económico, consideré la información agregada, además de oficial, de todo el grupo económico, y no solo de una de sus empresas, el Banco del Pichincha, que si bien es la más importante, solo representa una parte del modelo de negocios de este grupo económico.

Por ello, la información que presenta el Sr. Acosta Espinosa para precisar mis afirmaciones, en realidad solo hacen referencia al comportamiento del Banco del Pichincha, y no de todo el grupo económico. En efecto, además del Banco del Pichincha, pertenecen a este grupo económico varias empresas con gran poder de mercado como: Banco Diners Club, AIG Metropolitana de Seguros, Banco General Rumiñahui, Interdin, Banco de Loja, CrediFe Desarrollo Microempresarial, Banred, Almesa, Confiamed, Vaserum S.A., Olipuerto, entre las más importantes, además de una serie de fideicomisos y titularizaciones de cartera manejadas directamente  por este grupo económico.

Este grupo, es necesario decirlo, controla cuatro bancos que en diciembre del año pasado tuvieron, de acuerdo a datos de la superintendencia de bancos, un manejo conjunto de cartera de créditos por 7.912 millones de dólares, que representan el 29% de la cartera de créditos de todo el sistema financiero privado del país, lo que, sin duda, les da un margen de maniobra y una economía de escala que distorsionan todo el sistema de ahorro-inversión del país. Si se añade la cartera de activos del Banco de Guayaquil, ambos grupos económicos controlan el 41,03% del mercado financiero nacional, de ahí su poder de determinación de las tasas de interés.

Los bancos del grupo económico Banco Pichincha han colocado el 62,03% de su cartera en créditos de consumo que, a fines de 2020, tenían una tasa de interés de 16,63% (datos del Banco Central), lo que les permite un gran nivel de rentabilidad y provocan una distorsión macroeconómica importante (porque estimulan más el consumo que la producción con la subsecuente presión sobre la balanza de pagos). El grupo, asimismo, tiene una posición dominante de mercado en las microfinanzas porque controla el 58,1 % de la cartera de crédito al sector (conjuntamente con Banco Solidario controlan cerca del 72% del mercado de microfinanzas del sector bancario), y cobran una tasa de interés activa promedio de 22,87% (a nivel mundial la tasa Libor promedia el 4%). Son estas altas tasas de interés las que otorgan una gran capacidad financiera y una gran rentabilidad económica a este grupo económico.

Cabe indicar que el Banco Central del Ecuador no determina las tasas de interés del sector financiero, sino que las promedia y sobre ese promedio establece las tasas máximas de referencia por segmento. La determinación de las tasas de interés las hace el mercado bancario que, como puede apreciarse, tiene actores dominantes que generan asimetrías de información y definen precios de monopolio (de hecho, es una práctica para todos los mercados, no solo para el mercado de tasas de interés).

Con respecto al comportamiento tributario del grupo Banco del Pichincha, la información del SRI señala que el grupo económico reportó ingresos en el año 2019 por 2.723.348.224 dólares, de los cuales pagó en impuesto a la renta 122.706.924 dólares, que corresponden al 4,51% de sus ingresos, lo que pone al grupo económico en el rango superior de pago de impuesto a la renta (de los 270 grandes grupos económicos, solo el 17,4% de ellos registran pagos de impuesto a la renta superiores al 4%. El 61,85% de los grupos económicos pagan menos del 2% de sus ingresos en impuesto a la renta).

El mismo SRI reporta que cuatro empresas del grupo reportan 12,19 millones de USD en deudas tributarias: AIG Metropolitana con 3,97 millones de USD, Banco Diners Club con 3,84 millones de USD, Banco del Pichincha con 2,57 millones de USD y Seguros Pichincha con 1,8 millones de USD (de las cuales ninguna es en firme).

El grupo posee activos totales por 17.681.149.806 dólares, de los cuales, efectivamente, el 64,6% corresponden al Banco del Pichincha, el 13,8% al Banco Diners Club, y el 5,4% al Banco General Rumiñahui, lo que indicaría que el principal accionista del grupo, Fidel Egas, sería uno de los hombres más acaudalados del mundo. Asimismo, el grupo presenta un patrimonio de 3.590.126.578 dólares para cuatro accionistas principales.

A diferencia de otros grupos económicos, el grupo financiero Banco Pichincha tiene dos empresas que le permiten controlar la mayor parte de la liquidez nacional: Compañía de servicios auxiliares del sistema financiero y BANRED. Puede afirmarse que este grupo económico prácticamente controla la dolarización del país. En efecto, BANRED actúa como interfaz de todas las transacciones electrónicas que se hacen en el sistema de pagos del país. Fue este grupo económico, de hecho, el principal beneficiario de las reformas legales de la ley de Reactivación Económica que el gobierno de Lenin Moreno aprobó en diciembre de 2017, cuando transfirió el dinero electrónico del Banco Central al sector financiero privado. En esa circunstancia no se trataba tanto del dinero electrónico, sino más bien de garantizar el monopolio de BANRED en el sistema de pagos privados a nivel nacional. En efecto, todos los pagos en línea del sistema financiero privado pasan por el monopolio de BANRED, y generan costos de transacción a todo el sistema.

El grupo también maneja 90 fideicomisos y dos titularizaciones (por ejemplo, el grupo maneja el Fideicomiso Teleamazonas II). Esto le permite una enorme flexibilidad financiera y una gran capacidad discrecional con respecto a responsabilidades fiscales y legales.

A través de varios pronunciamientos en redes sociales, sobre todo en la red twitter, se puede constatar el constante apoyo que el principal accionista de este grupo económico, Fidel Egas G., realizó al gobierno de Lenin Moreno y a sus políticas económicas (por ejemplo, el 08 de octubre de 2020 escribió el siguiente tweet: “La valentía demostrada por Richard Martínez(ministro de economía durante 2018-2020 de Lenin Moreno, P.D.) para asumir una tarea que parecía imposible y su capacidad y esfuerzo demostrada con resultados tangibles merece un gran reconocimiento …”). Por lo que puede colegirse que la política económica en el periodo 2017-2021, benefició de forma directa a los grupos económicos en general y al grupo Banco Pichincha en particular.

En consecuencia, mis aseveraciones corresponden a un pronunciamiento académico que puntualiza en las graves distorsiones para el sistema de precios que provocan los monopolios y las posiciones de dominación de mercado de los grandes grupos económicos, su escasa contribución fiscal, y la forma por la cual estos grupos manejan de forma estratégica la economía nacional en función de sus propios intereses. Su enorme poder económico solo puede comprenderse por su colusión con intereses políticos determinados y con políticas económicas que les benefician de forma directa. Hay que recordar, además, que estos grupos económicos también manejan 48 grandes medios de comunicación, que permanentemente generan un consenso nacional sobre la supuesta necesidad de proteger los intereses particulares de estos grupos económicos como si fuesen intereses de todos.

Considero que la democracia puede fortalecerse con instituciones sólidas y con responsabilidad fiscal. Los grupos económicos pueden confrontar una mayor carga fiscal y una mejor determinación tributaria desde el SRI, y para ello se necesita de un gobierno que no esté atado ni coaccionado por ellos. Pero no solo se necesita una mayor carga fiscal para estos grupos económicos, sino también evitar su capacidad de distorsión del sistema de precios en el mercado interno. En efecto, el sistema de precios registra más la renta de monopolio de estos grupos, que la libre competencia del mercado. El país necesita una fuerte arquitectura institucional que ponga freno a esas distorsiones y que asegure un sistema de precios más acorde tanto con la dolarización, como con la estructura económica del país. También se necesitan tomar acciones inmediatas, como por ejemplo dividir en bancos más pequeños al Banco del Pichincha, cuyo tamaño representa un riesgo sistémico para toda la economía nacional.

Con respecto a las “puntualizaciones” realizadas por el Sr. Antonio Acosta, las considero como un pronunciamiento ideológico del responsable de un banco privado, que, además, es propiedad de un grupo financiero, y que no tienen ninguna importancia académica, ninguna relevancia intelectual y cuyos datos, en realidad, avalan mis declaraciones.

Pablo Dávalos, PhD en economía

Fuente fan page Facefook Ec. Pablo Dávalos 

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