Estamos a las puertas de unas Elecciones
Seccionales 2014, pero es necesario mirar los diferentes escenarios y
plataformas electorales, que sin control evidente y sin de cerca si quiera
sancionar a los responsables, los bienes del Estado flagrantemente han sido
usados en el proselitismo electoral a nivel de todo el País. Por más
prohibiciones expresas que existen en la Constitución de la República del
Ecuador, y en la propia Ley Electoral, el control (JUEZ Y PARTE) está haciendo
que el centralismo busque en otras manos el poder, que durante 4 años no
pudieron los candidatos a la reelección hacerlo, pues inobservaron de manera
reiterada, e igualmente sin control y sin sanciones de parte de la Autoridad de
Control formal estatal, la normativa jurídica que para los distintos niveles de
gobierno está prevista tanto en el Código Orgánico de Planificación y Finanzas
Públicas (2010), el Código Orgánico de Organización territorial, Autonomía y
Descentralización (2010), la Ley Orgánica de Participación Ciudadana y Control
Social (2010). Y para muestra un botón, dónde están las INSTANCIAS CIUDADANAS
que por Ley deben organizarse desde la ciudadanía conforme el artículo 56 de la
Ley Orgánica de Participación Ciudadana y Control Social, así mismo lo
relacionado a la Silla Vacía para uso de la ciudadanía, la aprobación de
PROFORMAS PRESUPUESTARIAS siempre que hayan sido aprobados los PLANES DE
DESARROLLO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL articulados con los otros niveles de
gobierno al 31 de diciembre de 2011.
Y la respuesta la tiene la
ciudadanía ahora sí con su voto, en el marco del ejercicio real de la
democracia representativa, dejando de lado claro está, lo relacionado a la
democracia participativa, y más aún sin que haya un reconocimiento a las
democracias: comunitaria y directa, en su esencia, al no permitirles
profundizar los cambios que ya fueron aprobados en la Constitución (agua,
tierra, consejos de igualdad por ejemplo).
Estas deudas pendientes, van a traer
factura a nivel nacional, y eso implica repensar, NO CON LOS MISMOS que están
alrededor y desde la oficina; cómo volver a establecer mínimos espacios de
diálogo, porque esto puede transformarse en un inicio del descalabro de lo
conseguido hasta ahora en Ecuador, y eso implica entonces, dialogar, no como
antes YO OFREZCO ALGO A CAMBIO DE ALGO, pero sí reflexionando sobre cómo se
están pensando las cosas desde arriba, y sin aterrizar en las mayorías.
La democracia representativa, hay
que fortalecerla, de acuerdo, pero promoviendo la democracia participativa
(instancias y mecanismos locales y nacionales), sin este requisito y
articulación, los líderes caducos de las tiendas políticas y tendencias
ideológicas de antaño, tienen nuevo caldo de cultivo para reaparecer,
transformados en nuevos representantes que querrán seguramente el PODER a costa
de generar nuevos clientelismos, para volver a satisfacer sus propios intereses
particulares entre amigos.
El clientelismo no debe ser dentro
de un proceso electoral parte de obtener un voto, esto debe ser desterrado,
caso contrario los vicios del pasado se repiten a pretexto de elecciones,
cambio de la matriz productiva, disminución de la pobreza, subsidios, que en
esencia si no se articulan al PLAN NACIONAL DEL BUEN VIVIR, son sólo esfuerzos
en vano que crean división e individualismos claros, y la anhelada igualdad, el
BUEN VIVIR, se vuelven letra muerta.
No es por demás en cambio en localidades
más pequeñas, se han dado verdaderas opciones de desarrollo, en las cuales se
han respetado los principios democráticos mínimos de un proceso electoral,
cuidándose siempre de cumplir la Ley, por el fortalecimiento de la democracia
representativa, y abriendo los candidatos y candidatas sus esquemas mentales a
nuevos formas de pensar, diferente, sin que eso implique división, incluso del
mismo oficialismo.
Pero una cosa es cierta, nuestras regiones en
Ecuador son mega diversas en todos los sentidos, incluso en lo político, para
encontrarnos por ejemplo que en algunas partes del País existan todavía
candidatos que pertenecieron a una tendencia de derecha, dentro del
oficialismo, eso es real, y no se puede tapar el sol con un dedo, y que lo que
les importa no es promover cambios, es sólo el puesto y pagar a quienes le “ayudaron”
una vez en el Poder como se pueda. Hasta allí nomás se ha llegado en la
transformación del País, puede haber mucho entusiasmo y apoyo en lo nacional al
Presidente y sus ejecutorias, pero si localmente se han considerado candidatos
que ideológicamente no son compatibles con los ideales de transformación, no se
puede argumentar a pretexto de ganar las elecciones me aliño con quien quiera,
porque eso es auto mentirse, tarde o temprano pedirán cuotas de PODER de más
arriba, y la historia del Ecuador nos enseña mucho de esto último.