martes, 20 de febrero de 2018

SE CONFIRMA LO PEOR DE LA #CORRUPCIÓN...


#Ecuador, es un país lleno de contrastes, donde la euforia del #cambio, de #revolución, fueron procesos que se iniciaron con la esperanza de ver un País diferente, donde desde abajo la ciudadanía ejerza el control horizontal del Estado, y las esperanzas siempre estuvieron puestas en la última década de la Presidencia del Economista Rafael Correa Delgado. Una transformación desde las raíces, donde se esperaba que los recursos públicos de manera planificada y participativa se prioricen obras y servicios que apuntalen el combate a la pobreza, por la transparencia y combate a la corrupción, por ello se apostó a la creación de la Función de Transparencia y Control Social, y se institucionalizó el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, como ícono para promover la participación de la gente en lo público y en el combate a la corrupción, como una de sus funciones principales, pero que en la práctica se limitaron y le dieron trascendencia a los procesos de designación por concurso de méritos y oposición de las autoridades de control del resto de Instituciones que integran esta función del Estado, una de esas de la Contralor General del Estado, y en el último concurso quien fue ganador declarado el señor Carlos Pólit quien se posesionó ante la ausencia de cuestionamientos y fiscalización de la Asamblea Nacional del período anterior. Pero en el fondo ¿por qué se limitaron a cumplir esta última función y a la ciudadanía prácticamente la dejaron de lado o por lo menos su participación fue intrascedente?. 

En estos días, acaba de hablar el ex contralor del Estado Carlos Pólit desde Estados Unidos, y por varios medios de prensa nacionales y locales se han hecho eco de sus declaraciones, muchas de ellas sorpresivas, y discutibles por la manera cómo las hace desde afuera y sin afrontar de forma directa los procesos judiciales que se han iniciado en su contra, y que inclusive en su ausencia puede llegar a ser juzgado. Pero entre otras afirmaciones, confirma en sus palabras una que desde mi punto de vista y experiencia es muy grave y vulnera el derecho de participación, y que hace relación a la contratación pública, en cuya Ley y Reglamento que se aprobó prácticamente desde inicios de la Administración de Rafael Correa, no se aclararon o precisaron aspectos como los porcentajes que se podían contratar adicionalmente al contrato principal en obras y servicios del Estado (contratos complementarios), y la Procuraduría General del Estado interpretó de dos maneras, inicialmente podría ser hasta el 35 por ciento, y luego se hace una interpretación, de hasta el 70 por ciento, y el señor Pólit claramente indica que desde esta interpretación antojadiza se destapó la corrupción en Ecuador y estamos hablando de miles de millones de dólares, que considerando que muchos de los contratos de obras millonarias se hicieron por declaratorias de emergencias, aparte de obviar los requisitos podían inflar los famosos contratos complementarios hasta en el 70 por ciento, y por lo que somos testigos ahora se conoce que esto se hizo costumbre, y en algunos de los gobiernos autónomos descentralizados ha pasado la misma situación.

Esto es comparable a un reparto de la torta, de los mayores y menores, y siempre fueron vistos los recursos públicos como parte de esa lógica, y surgen contratos emblemáticos como los entregados a Odebrecht. A decir de Pólit esto no fue casual y fueron las leyes elaboradas por quienes sabían y conocían cómo hacer el reparto del Estado, acusa a varios funcionarios de alto rango de Rafael Correa, pero lo de fondo confirma la peor de las premoniciones que desde la oposición siempre cuestionó, haber creado un sistema de propaganda del Estado para que no se den cuenta nadie de este tipo de artimañas o a los líderes sociales, que cuestionaban este tipo de tratos, dándoles puestos burocrátcos o cuotas políticas nacionales y locales aprovechando el aparataje del Estado. Y desde la institucionalidad, silencio total o bueno se hicieron los locos ante denuncias públicas como las que se hacían por contratos en el sector petrolero desde el 2009, y nadie siquiera desde la Asmablea Nacional se hizo eco para investigar y destapar los tratos mal habidos hasta donde se sabe por ejemplo en Petroecuador, dejando de lado la fiscalización y el control vertical, este último que llega tarde, cuando se empiezan las acusaciones mutuas entre compadres.

Es el gran problema de Ecuador, la transparencia sigue siendo cuestionada y la institucionalidad que igualmente se mentalizó por quienes sabían a lo que iban, se va por el piso, y más todavía cuando estaba políticamente hablando en manos de un mismo grupo político que en el fondo prometieron hasta "revolución", pero siempre nos quedamos en la careta, y otros movían realmente los hilos del poder por debajo, y el señor Pólit, aunque cuestionado por los procesos judiciales que le siguen en su contra, confirma con sus declaraciones los acercamientos, cuestionamientos y juegos del poder, que se conocían bajo la mesa y hoy se siguen haciendo públicos. Sigue la deuda del control, frente a una ciudadanía de lejos participativa e informada, y por ende en esa ignorancia el poder hace de las suyas, y si seguimos así no hay futuro prometedor, ni que sostenga a autoridad alguna.

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